La diabetes de nuestras mascotas

La diabetes canina y felina es una enfermedad endocrina caracterizada por hiperglucemia (aumento de azúcar en sangre) permanente relacionada con un trastorno cuanti o cualitativo de la secreción de insulina. Esta enfermedad es frecuente en la especie canina y se da más en las hembras que los machos.


Síntomas frecuentes de la diabetes canina y felina:

 Se caracteriza por la aparición de un síndrome de poliuria - polidipsia (el perro orina mucho y bebe mas que de costumbre). Este síndrome suele ir acompañado de adelgazamiento a pesar del aumento del apetito (polifagia).

A esta manifestaciones se puede añadir trastornos cutáneos, en particular alopecia y piodermitis; trastornos oculares dominados por la aparición de una catarata; trastornos urinarios que suelen traducirse en una infección; aumento del volumen hepático revelado por la palpación abdominal.


El diagnóstico de la diabetes canina y felina:

En función de los síntomas el médico veterinario ordenara que se analice la cantidad de glucosa en la sangre del animal en ayunas. En caso de la diabetes cania y felina, la glucemia se eleva siempre por encima de 1.50 g/l (lo normal es entre 0.8 g/l y 1.2 g/l) pudiendo alcanzar valores de hasta 4 g/l. Cuando la glucemia sobrepasa 1.8 g/l el exceso de glucosa se elimina por orina (glucosuria).

Además de la glucosa se suelen medir otros parámetros sanguíneos cuyos valores pueden evidenciar la aparición de complicaciones renales o hepáticas frecuentes en el curso de esta enfermedad.


Tratamiento de la diabetes canina y felina:

Luego de precisar el diagnóstico conviene aplicar una terapéutica destinada a paliar la deficiencia de secreción de insulina por el páncreas. Esta terapéutica es a base de insulina de origen porcino. Mediante este tratamiento no se trata de hacer descender la glucemia a un valor normal sino de reducir el porcentaje por debajo de 2 g/l cuando la actividad de la insulina alcanza un nivel máximo.

Para llegar a este resultado se recomienda administrar durante dos o tres días una dosis estándar de insulina calculada en función del peso del animal. Luego se deberá hospitalizar al animal durante un día para que se le haga una curva de glucemia con muestras de sangre cada media hora durante doce horas. Dicha curva permitirá corregir la dosis de insulina prescrita al comienzo de tratamiento y determinar la hora más favorable para la distribución de las comidas.-

S.E.C. ( Servicio de educación para el consumidor)



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