Eligen nuevas razas de perros por la agresividad de los delincuentes

Por la violencia, ya se eligen nuevas razas de perros


La agresividad de los delincuentes que usan armas de mayor poder de fuego se “comió” a las razas guardianas tradicionales. El dobermann y el ovejero alemán ya no son los preferidos. Hoy la gente elige al mastín napolitano y al rottweiler.

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“–Bueno, acá entrenamos a los mejores perros del país, esto quiero que lo tenga bien en claro. Este es Sultán, entrenado para defender el hogar; tiene una mordida de 25 kg fuerza, que le hace un agu…

–Espere, espere, espere, no, yo estaba pensando en algo más grande…

–Bueno, éste es Gran Sultán… Mire lo que es éste… Entrenado en lucha grecorromana… Ex pilar de rugby… 70 kg… Una mole…

–¿Y algo más grande?


–Y… Lo tenés también a Mega Sultán, pero me parece demasiado… Tira patada voladora, hace piquete de ojos, caza delfines, buzo táctico… Muerde la bala, te escupe tachuelas, y si no ya pasamos al león…

–¡Uy! Mostrame uno… –¿Con melena o sin melena?”


Los creativos publicitarios que diseñaron este diálogo para promocionar por radio la venta de seguros para el hogar del Banco Galicia no tuvieron en cuenta que la gente, además de una póliza, sigue prefiriendo al más viejo custodio: el perro.

Pero así como los métodos y mecanismos de detección de intrusos tradicionales fueron reemplazados por modernos sensores magnéticos y barreras infrarrojas, también hubo recambio de razas. Las más identificadas con la protección hogareña quedaron en desuso.

Pocos quieren ya un ovejero alemán o un dobermann. El aumento de la agresividad y el uso de armas de fuego de mayor poder obligó a reemplazarlos por perros de más porte, fortaleza y fama de malos como el mastín napolitano y el rottweiler, en mayor medida, y el schnauzer gigante, ovejero belga y restore cubac.

Son razas que hace 10 años eran desconocidas para la mayoría de los argentinos. Ahora se ven con frecuencia en hogares, calles y espacios verdes. ¿Las razones? Son más ágiles y agresivos que el ovejero y el dobermann, pesan cerca de 100 kilos, e infunden más respeto y temor. El mastín napolitano, por ejemplo, está cubierto por una piel tan gruesa que es difícil que una bala pueda dañarle un órgano vital. Además, no necesita adiestramiento porque tiene la defensa incorporada como gen de su raza.

En el caso del rottweiler, es guardián por naturaleza. Antiguamente fue usado como pastor, pero según los especialistas, puede ser el perro doméstico de guardia ideal, siempre que se lo adiestre con cuidado.

“Por la inseguridad, los perros de defensa tradicionales son reemplazados por otros desconocidos años atrás”, admitió Miguel Angel Martínez, vicepresidente de la Federación Cinológica Argentina (FCA), entidad que lleva el registro genealógico de todos los perros de raza y emite certificados que garantizan el pedigrí de cada animal.

Según la fundación, ya hay más de 5.000 mastines y 6.000 rottweilers. En Capital Federal y provincia de Buenos Aires es donde se observa el fenómeno con gran nitidez. Hay proliferación de criaderos, adiestradores y asociaciones caninas que destacan los valores y las características de los nuevos guardianes. Además, se registra un aumento de entre 10 y 15% de nacimientos anuales de cachorros de ambas razas.

Carlos Byrle, presidente del Círculo del Mastín Napolitano en la Argentina, asegura que “los ovejeros y los dobermann ya no asustan a nadie y se busca al mastín por su aspecto y sus reacciones violentas y rápidas ante posibles ataques de extraños, pero a la vez es sociable con los miembros de la familia”.

Un relevamiento hecho por un grupo de criadores asegura que la venta de mastines y rottweilers crece 30% anual por temor a los robos. Son los más requeridos por las familias para asustar a los ladrones, en especial en hogares de clase media y alta de Palermo, Núñez, Belgrano, San Isidro, Vicente López y en los countries y quintas de Pilar.

De todos modos, el ovejero alemán sigue siendo el más popular. Pero la raza fue mutando y de los grandes ejemplares se pasó a animales más estilizados, de pista y no de guardia.

Por eso Martínez considera que todavía hay lugar para los de más “experiencia” en eso de espantar a los ladrones. “Cualquier perro que ladre sirve de guardia, es una alarma más efectiva que otro método de seguridad”, agrega.

Igual, admite el auge de los nuevos guardaespaldas con pulgas. “Es una realidad impulsada por la necesidad de infundir mayor temor a los amigos de lo ajeno”, sostuvo.

Para tener un mastín napolitano o un rottweiler en el hogar, hay que pagar como mínimo por un ejemplar de la primera raza y por el de la segunda. Pero, según el pedigrí, llegan a valer entre 25.000 y 30.000 pesos.

“Una combinación ideal para cuidar la casa es hacerlo convivir con un perro más chico que detecta los movimientos y alerta al mastín sobre la presencia de extraños”,
recomienda Byrle.

Fuente: Infobae.com  
Andrés Sanguinetti

 



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