La etapa geriatrica de nuestras mascotas caninas y felinas

Debemos comprender que los perros mayores de 8 – 9 años, (según la raza a la que pertenecen), no son adultos sino que son gerontes y por consiguiente se encuentran en otra etapa de sus vidas. Obviamente, esto también es válido para los gatos domésticos, por supuesto que en estos últimos la vejez se alcanza un poco más tarde, ya que la expectativa de vida de estos es superior a la de los perros.

Sin lugar a duda la especialidad veterinaria del comportamiento animal no podía ni debía quedar afuera de esta situación. Conductualmente los animales domésticos sufren importantes cambios en la vejez con respecto a la adultez y a diferencia de otras especialidades veterinarias, en comportamiento animal existe un factor agregado a los cambios orgánicos experimentados por el animal viejo, este factor es la dificultad de los propietarios de la mascota a cambiar sus propias conductas y creer que únicamente se deben cambiar las conductas anómalas que comenzaron a desarrollar sus animales gerontes.

Al empezar la vejez las mascotas sufren cambios neuroquímicos y vasculares cerebrales que producen alteraciones cognoscitivas que conllevan a la realización de conductas anormales en algunos casos y en otros casos los llevan a exhibir conductas distintas a las que venía presentando durante su vida adulta.

No podemos olvidar que los cambios degenerativos de los distintos sistemas orgánicos de las mascotas como las alteraciones Osteo - articulares (artrosis, espondilosis, etc.) que generan dolor en el animal y tendencia a ser agresivo con los demás al ser molestado; los problemas urogenitales (cistitis, prostatomegalia, insuficiencia renal) que llevan al animal a perder los hábitos de eliminacion que había aprendido a través de los años; las patologías hepáticas que pueden inducir un estado de autointoxicación que genera trastornos neurológicos con las consecuentes alteraciones conductuales. Cualquier alteración orgánica, de uno u otro modo, afecta la conducta del animal.

En las alteraciones cognoscitivas, se ha determinado que la senilidad va acompañada de similares cambios en los neurotransmisores, de los que ocurren en las personas que padecen mal de Alzheimer y demencia senil, por lo tanto es de esperar que los animales domésticos presenten enfermedades similares. Los cambios de la edad se pueden tratar con fármacos similares a los utilizados en medicina humana (Nicergolina, L-deprenil, etc.)

Los cambios más importantes o alteraciones de conducta observados en los perros son: agresión hacia personas u otros animales de la casa, eliminación inadecuada (ensuciado dentro de la casa), aumento de la ansiedad (vocalización excesiva, destrucción al quedar sólo, aumento de los miedos o fobia a tormentas, petardos, etc.) mayor irritabilidad.

En el caso de los gatos las causas más frecuentes de consulta son: eliminación inadecuada (mayor rociado con orina de muebles, ensuciado fuera de la caja sanitaria), agresión a otros animales o dirigida hacia personas, alteraciones asociadas a estados ansiosos aumentados (vocalización, fobias, ingestión de elementos extraños como ropa, lana, maderas, etc.)

Tenemos que tener en cuenta que los animales gerontes sufren una disminución de todos los órganos de sus sentidos, o sea que pierden progresivamente sus capacidades visuales y auditivas principalmente, lo que los lleva a vivir en un estado de ansiedad mayor debido al stress que les representa la inseguridad ante las situaciones cotidianas. Por ejemplo: los perros que presentan cataratas seniles, en la mitad de la noche no se animan a llegar solos al patio, balcón, entonces orinan en el lugar donde se encuentran. Cuando los propietarios encuentran la orina o la materia fecal por la mañana retan o castigan a la mascota y esto le genera al mismo mayor stress, mayor ansiedad y comienza a exhibir otras conductas equívocas, generándose un deterioro cada vez mayor en la relación propietario - mascota.

Por ultimo en este breve resumen sobre un tema que es amplísimo, interesante y fundamental para los propietarios de animales de compañía, quisiéramos retomar un punto citado anteriormente, que es el del papel vital que cumplen los propietarios del animal geronte en la prevención y/o resolución de los problemas de comportamiento en sus animales geriátricos.

El principal factor generador de cambios en la conducta de los animales gerontes, independientemente de los cambios orgánicos normales de la vejez, es la dificultad de los propietarios en darse cuenta y en aceptar que su animal está envejeciendo. Esto puede deberse a que los animales dan el “viejazo” en un corto período de tiempo (animales de los cuales sus propietarios dicen orgullosos que tiene 12 años pero parece un cachorro, en tan sólo 3 o 4 meses son animales totalmente envejecidos). En otros casos el espíritu del animal y su falta de inhibición sicológica a los actos aprendidos o instintivos, como por ejemplo correr gatos, querer montar a una hembra en celo, etc. hace que los propietarios crean que el perro los engaña cuando se hace el cansado o cuando exhibe alguna conducta extraña y también, tal vez, como una negación a pensar que le queda poco tiempo a su fiel amigo. Todas estas posibles causas llevan al propietario a seguir conduciéndose con su mascota como sí el mismo fuera el de siempre.

Es por todo esto que además de CONSULTAR con su Médico Veterinario de confianza y realizar los chequeos médicos periodicos, la mejor conducta a seguir es tenerle mucha más paciencia a su mascota, realizar más caminatas de menor tiempo o con más descansos, tener más contacto físico ya que las funciones sensitivas están disminuidas y el contacto físico le genera más seguridad al animal. Utilizar collares y correas incluso dentro de la casa (en caso de animales muy viejos) para que el perro se sienta guiado. Recordar que los animales gerontes descansan la mayor parte del día y tienen sólo algunos momentos de actividad física.

En definitiva, entender y aceptar que nuestra mascota dejó o está dejando de ser quién fue y que está en la etapa en la que debemos retribuirle con comprensión, paciencia, mucho amor y cuidados todo lo que nos dio durante su vida, e intentar que llegue al final con la mejor calidad de vida posible.




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