Seguridad en la sala de Radiologia Veterinaria

La seguridad en la sala de radiologia veterinaria es muy importante, ya que los Rayos X son radiaciones ionizantes por lo cual son potencialmente perjudiciales para los tejidos al producir ionización del agua que los componen y producir radicales libres. Estos radicales libres son los responsables del mayor daño tisular.

Un porcentaje menor de los Rayos X actúan directamente sobre el ADN, produciendo rupturas en la cadena, daño al nucleolo, etc.

Estos daños pueden ser menores y repararse rápidamente o ser letal para la célula. Los tejidos que son más sensibles a la radiación son los que tienen células que se dividen rápidamente. En las gónadas producen esterilidad e infertilidad. Otros tejidos muy sensibles son el fetal, médula ósea, mucosa intestinal, etc.

Para poder protegerse los trabajadores del área de Radiología deben conocer el posicionamiento correcto del paciente, las técnicas radiológicas, de revelado y el uso del equipo para minimizar la repetición de estudios. La repetición de estudios radiológicos, ya sea porque la sujeción no fue adecuada y se movió, por error en la técnica utilizada o cualquier otra razón, ocasiona que el personal del servicio sea doblemente expuesto a la radiación.

El personal del servicio de radiología debe llevar dosímetros que captan y miden la radiación recibida por el mismo durante su trabajo. Estos dosímetros permiten conocer el riesgo al que está expuesto el trabajador por la radiación recibida e implementar medidas adicionales de protección si los valores encontrados superaran los aceptados.

 La anestesia general, es imprescindible en muchos pacientes, ya sea por el dolor que padecen al posicionarlo o porque la patología que padecen los hacen poco colaboradores y muy agresivos hasta con el propietario. En la Radiología Veterinaria se presenta dificultad en la sujeción del paciente, y es importante recalcar que el personal del servicio no debe exponerse a la radiación ni directa ni indirectamente pues los efectos son acumulativos y al cabo de varios años de trabajo pueden llegar a ser muy graves. Por lo expuesto, son los propietarios los que deben realizar la sujeción y no el personal del servicio, y cuando esto no sea posible, proceder a la anestesia general del paciente.

En la sala de radiología nunca podrán permanecer ni mujeres embarazadas ni niños por ser la población de mayor riesgo de sufrir daños por radiaciones ionizantes.

También debe minimizar la exposición a la fuente de radiación, en este caso el equipo de Rayos X. Esto se logra mediante las siguientes medidas:

Distancia. Aumentar la distancia entre el técnico y la fuente de radiación.
Tiempo. Reducir el tiempo de exposición.
Blindaje. Usar barreras protectoras entre el individuo y la fuente de radiación.


Los blindajes comprenden por un lado lo referente a la estructura de la habitación (paredes plomadas de suficiente espesor) y del equipo, con colimadores que limitan el tamaño del haz primario de rayos.

Otro tipo de blindaje comprende los biombos plomados, delantales, guantes plomados, lentes y collarines.

Es importante que el operador no interfiera con el haz primario de rayos X, pues las barreras de protección tales como guantes, delantales y collarines plomados no son suficiente protección.

Periódicamente se debe comprobar que los elementos de protección estén en buenas condiciones, ya que los delantales pueden fisurarse, los cristales plomados presentar quebraduras y los equipos pueden emitir radiaciones espúreas.

El control de las medidas de protección se realiza mediante:

Comprobación periódica del equipo y barreras de protección.
Medidas de la dosis de exposición, mediante la lectura mensual de los dosímetros.
Examen médico periódico del personal, que permite detectar la aparición incipiente de lesiones por radiación. Los análisis hematológicos proporcionan gran información ya que los órganos hematopoyéticos son muy sensibles a las radiaciones ionizantes, observándose anemia, leucopenia y trombocitopenia.


Agradecemos la colaboración para la publicación de este articulo a: Dr. Carlos Rodríguez. DMV. Docente de Técnica Operatoria, Facultad de Veterinaria, Universidad de la República. Cirujano de la Unidad de Endoscopía Veterinaria, UEV, Facultad de Veterinaria, Universidad de la República. C. de Gestión Sanitaria Veterinaria

 



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