Los perros y nuestras tendencias tribales

La relación de mutua aceptación tiene ya miles de años. Miles de años durante los cuales los perros, esos lobos que permanecen siempre adolescentes, han ido profundizando junto con los humanos aquel vínculo primitivo ejerciéndolos más diversos roles. Desde aquél primero de ayudante en la cacería hasta el contemporáneo de co-terapeuta. Y siempre, en la base de todos y cada uno de los roles está la mutua aceptación de ambas especies como motor.

¿Cuáles son las motivaciones de esta cooperación milenaria?... Son varias. Por la importancia del rol psico-social que tiene el perro, podemos citar entre las motivaciones la protección, el sentimiento de seguridad, la demostración de amor; además es un antídoto para el aislamiento que muchos de nosotros sufrimos en esta sociedad tan carente de comunicación. El vínculo que el perro nos crea con la naturaleza, la tranquilidad y seguridad que nos da y el elemento lúdico y divertido que representa, explican las motivaciones más concientes para elegirlos y dejar que nos elijan.

Ahora bien, más profundamente, más enraizada en nuestro inconsciente, creo que existe otra motivación. Y es la que hace referencia a las Tendencias Tribales. (1).

Las huellas de largo pasado de cazador-recolector del género humano todavía son perceptibles en nuestros comportamientos actuales. Esas improntas dejadas en nuestro psiquismo por un pasado de al menos dos millones de años, pueden ayudarnos a responder en parte el porqué de esta cooperación milenaria ininterrumpida.

La adaptación al medio natural y a la vida en un pequeño grupo de individuos estrechamente emparentados en su mayoría, son las bases de las características psicológicas de la mentalidad tribal. La importancia dada al liderazgo más que a la dominancia, a los intercambios y a la reciprocidad –ausencia de riquezas individuales-, a los contactos físicos interpersonales y a la comunicación no-verbal, son rasgos característicos de la psicología del individuo viviendo en un medio tribal.

En el hombre contemporáneo, a través de las adaptaciones filogenéticas, subsiste algo de la mentalidad tribal. Nosotros nacemos aún cazadores-recolectores y tenemos predisposiciones mentales para vivir tal medio social y natural. El resultado podría ser una receptividad particular hacia esos signos evocadores de la mentalidad tribal.

La correspondencia entre las características de la mentalidad tribal y las cualidades psicológicas que, generalmente, le atribuimos a los perros –amistad incondicional, lealtad, sinceridad, abnegación, comprensión intuitiva ( no verbal), contactos cálidos, protección, intercambios afectivos, etc.- nos ayudan a explicarnos el apego, la mutua elección y aceptación.

La receptividad hacia los signos evocadores de la vida en la tribu y las cualidades psicológicas caninas, nos proporcionan la impresión de reencontrar aquel ambiente tribal cálido, ausente en la vida moderna y esperado por el inconsciente humano, programado como cazador-recolector.

Con frecuencia, más por proyección antropomórfica que de manera objetiva, atribuimos a los perros cualidades que los convertirían, de algún modo, en sustitutos del compañero tribal.

Ambos, humanos y perros, somos carnívoros y predadores –los primeros, lamentablemente, sin límites-; las tendencias de cazadores inscritas en el psiquismo humano se corresponden con la de los perros. Ambos viven en grupos –tribu y jauría respectivamente- porque somos gregarios y para el perro, el gripo humano al cual está ligado, es su “jauría”. La predisposición de vivir en tribu y a comportarse como predadores sociales ha facilitado el compañerismo que, hace miles de años, se instaló entre el ancestro del perro y del hombre cazador-recolector que persiste en la actualidad y que, sin lugar a dudas, seguirá persistiendo y evolucionando, para bien de ambas especies.
Lo aquí expuesto reduce lo que todavía subsiste de misterio en el vínculo entre el hombre y el perro. Lo reduce pero no lo resuelve completamente.

Fuente:
(1), Bernard, Ph. –Psicólogo y Demaret, A. Psiquiatra. Ethología. Publicación de la Asociación Belga para el Estudio y la Información sobre la Relación Hombre-Animal. Ethología website. 2001.

 



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