Donde estas Luly

¿Sabías que Luly desapareció?...
 


Las palabras golpearon mis oídos y se hundieron, hirientes, en mi alma.

Con la esperanza de desmentir la noticia, fui a tu casa.

Sólo encontré una evasiva como respuesta:

- Yo no se nada... yo no estaba cuando pasó... - Fue entonces cuando cuando resonó en mi memoria aquella nefasta frase oída en los años más oscuros de este país “ni vivos ni muertos, están desaparecidos”...

Hay algo de vos en mis compañeras caninas Irupé y Mafalda, tus hijas.

Estás en los ladridos y en el andar pausado de Iru, en el correr alegre y en los ojos redondos y la mirada curiosa de Mafi...

Estás en los genes de las dos, en la ternura de las dos; en el gesto sumiso de sus pancitas al aire esperando sentir la caricia de mi mano ...

Estás, invisible, en la vereda tan gris y blanca como vos donde cada día te sentabas, resignada y fiel, soportando en la maraña de tu pelaje, el descuido de tus humanos...

¡¡Tus humanos! Sí, esos a quienes tanto amaste y que te correspondieron ¿perdiéndote? ¿abandonándote? ¿entregándote?. La desolación de tu ausencia se instaló en los lugares donde tu presencia era un lujo. Desapareciste y se esfumaron con vos la ternura y la picardía de tu canicidad madura.

Los años compartidos en el barrio no han sido en vano: tus huellas están en tus hijas Iru y Mafi y estarás para siempre en el amor que sembraste en mí para con tu especie.

¿Dónde estás, Luly? ... ¡Ay, si pudieras aliviar mi nostalgia de vos!...

Foto y Texto: Graciela Isabel Torrent Bione

 



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