Mi Perro en una madrugada helada y oscura

Kuk es mi viejo y amado Bobtail o Viejo Pastor Inglés.- Como todo geronte empezó con problemas de incontinencia urinaria y otros asociados a eso.- Consultado el veterinario telefónicamente, antes de pronunciarse, declaró la necesidad de hacer un análisis de orina.- Me explicó que la extracción de la muestra se hacía llevando al paciente a su consultorio y efectuándole un sondaje de vejiga.- Esto me pareció bastante mortificante para el pobre Kuk, así que le dije que yo me haría cargo de la muestra.-

Como duerme adentro con nosotros, cuando suena el despertador le abrimos la puerta y se va a hacer su “ritual matinal” contra algún árbol o roca de los alrededores de la casa, en la hectárea y media de terreno disponible.-Yo pensaba que si le ponía collar y cadena y en lugar de soltarlo lo sacaba mi mujer, yo los podría seguir con un frasco en la mano y, en cuanto levantara la pata, colocárselo debajo y listo.-

Así lo hicimos al día siguiente.- Al colocarle el collar ya se excitó bastante pues nunca lo usa y presentía algo.- En cuanto salió, llevado por mi mujer, enfiló para unas rocas que son una de sus preferidas.- Yo me apresuré y me puse en posición detrás de él.- Entonces se dio vuelta y me miró con una clara expresión de “...que estás haciendo?”.- Como no pasó nada, seguimos hasta un árbol y otra vez se me quedó mirando con evidente intriga de lo que estaba ocurriendo y no hacía nada.- Y así un par de veces más.-

Luego de deliberar un minuto con mi mujer, decidimos que lo soltaríamos y yo lo seguiría.- Salió a su acostumbrado trote y yo detrás de él.- Mi mujer miraba.- La primer levantada de pata sólo largó unas gotas, típico de la marcada de territorio.- No hubo caso.- De ahí trotamos los dos hasta otro árbol, y lo mismo.- Tercer intento, igual.- Yo empezaba a “protestar”en voz alta y lenguaje fuerte por la insólita situación.- Corriendo en pijama por el bosque, en una madrugada helada y aún bastante oscura, y esperando a que Kuk me hiciera el favor de detenerse y orinar dentro del frasco que llevaba en la mano.- Mientras tanto escuchaba las carcajadas de mi mujer que desde la puerta observaba la ridícula situación y me alentaba y me hacía burla.-

Cuando nos habíamos alejado como 50 metros de la casa y yo ya tenía los pies y el pijama mojado con la lluvia nocturna en el pasto, se detuvo en un árbol y mirándome con lo que pareció una sonrisa, levantó la pata durante varios segundos y me llenó casi el frasco.-

Luis A. Garcia Bourimborde

 



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