Entrevista con Jaume Fatjo Rios sobre Terapias asistidas con animales
Para conocer más de cerca cómo funcionan estas terapias con animales, Comunidad Animal ha hablado con Jaume Fatjó, del departamento de Etología Clínica del Hospital veterinario de la Universidad Autónoma de Barcelona y uno de los autores del 'Manual de Educación y manejo de perros y gatos para programas de T.E.A.A.C'.
1. ¿Cómo funcionan y en qué consisten este tipo de terapias asistidas con animales?
Las Terapias asistidas con animales utilizan animales como herramienta terapéutica para tratamientos destinados a personas con unas necesidades especiales, y una de las utilidades y ventajas que tienen es que actúan como catalizador. Por ejemplo, desde un punto de vista social para quienes tienen unas características particulares, desde discapacidades físicas o psíquicas a gente que está en centros penitenciarios o residencias geriátricas. La terapias funcionan de muchas maneras diferentes. Hay una primera parte, la más sencilla, que consiste en llevar un animal y permitir que tenga un contacto e interactúe con la persona. Existen estudios que demuestran que, simplemente, el acariciar a un animal reduce la presión sanguínea y tiene un efecto beneficioso para la salud. Después hay variables más complicadas, programas que no sólo hacen que la persona esté con por ejemplo el perro, sino que también se involucre en la educación del animal. Esto, para un niño que tenga problemas de adaptación o comportamiento social puede ser útil porque le ayuda a fomentar el sentido de la responsabilidad, a establecer una rutina, unas obligaciones diarias y, además, lo incentiva bastante, ya que el animal depende totalmente de él. En el caso de presos también ha funcionado, se han involucrado en la educación del perro y de esta manera, incluso se ha conseguido que la persona que acaba el programa no sólo haya participado en la actividad, sino que ha aprendido un oficio y puede acreditar que sabe educar a un perro y ejercer como adiestrador canino.
2. Y en otro tipo de tratamientos, por ejemplo con niños autistas...¿cómo funcionan los estímulos?
Aquí lo que tiene más valor es el hecho de que el niño pueda interactuar con el animal. No tiene por qué ser el caso de los niños autistas, pero se cree que uno de los valores positivos que tiene trabajar con animales es que la persona que está con el animal no se siente en ningún momento juzgada y, al no existir esta barrera o prejuicio, no se siente coaccionada, es libre y tiene mucha más facilidad para abrirse desde el punto de vista del comportamiento social. Hay algún investigador que, incluso, dice que el hombre tiene una tendencia natural a querer a los animales y sentirse atraído por ellos, lo que llaman 'biofilia'. La Terapias asistidas con animales aprovecha dicha tendencia innata para potenciar este tipo de cosas.
3. ¿En qué tratamientos se utiliza más las Terapias asistidas con animales?
Se ha utilizado en todo: centros penitenciarios, residencias para mayores... a veces no has de pensar sólo en una persona que tenga una patología o un problema psiquiátrico. Yo recuerdo un programa que se realizaba en Washington donde lo que hacían eran terapias con animales para niños con enfermedades en fase terminal, era una forma de enriquecer el entorno de los pequeños que tenían que estar durante un periodo muy largo en el hospital para que hicieran actividades que no fueran sólo ver le tele o estar con la familia. El abanico de posibilidades es enorme. En algunos países también se han llevado a cabo este tipo de terapias en los barrios deprimidos y zonas marginales de las ciudades. Funciona como factor motivador y sirve para estimular la emotividad.
4. ¿Cómo responden los pacientes a los tratamientos? ¿Hay recelo, reticencia...?
Una de las asignaturas pendientes que tiene la terapia asistida con animales es que necesita más investigación científica rigurosa. Nos encontramos con muchísimas descripciones tanto de psiquiatras como de psicólogos que trabajan en este campo sobre los efectos beneficiosos que tiene un animal en un determinado paciente, pero la respuesta sería muy diferente de unas personas a otras. A lo mejor hay alguien que responde mejor al hecho de que le presentes un perro, mientras que a otra le resulta más adecuado un gato. Yo te diría que se tiene que hacer un estudio previo de cuales son sus características, sus preferencias, y a partir de aquí escoger el animal que le vaya mejor, incluso poder determinar quiénes no son candidatos para participar en programas de este estilo.
5. ¿Qué beneficios se obtienen con las Terapias asistidas con animales?
Los terapeutas que han podido evaluar los programas de terapia asistida describen dos cosas: pacientes que han tenido una evolución más rápida de lo que cabía esperar, el animal funciona como catalizador y acelera un proceso que de otra forma habría sido más lento y costoso, y también describen reacciones de pacientes que antes no habían respondido con mejora a otros sistemas de tratamientos convencionales y que se encontraban en una situación estancada.
6. ¿Y en valores sociales?
Para un niño cualquiera, el que sus padres le compren una mascota, sin que podamos hablar de terapia asistida, supone una serie de beneficios: le fomenta el sentido de la responsabilidad, le hace ser más sociable...El simple hecho de tener un animal de compañía en casa es una buena oportunidad y tiene un valor directo. Por supuesto, estos valores también se encontrarían en las personas que tienen unas necesidades especiales. Por ejemplo, en un centro penitenciario, el hecho de que un interno pueda participar en un programa enriquece su entorno, ya que realiza una actividad y llena parte de las horas del día, pero es que además esa persona se hace responsable de lo que ocurra con el perro o cualquier animal que tenga a su cargo.
7. ¿Actúa como canalizador de la agresividad?
Parece que sí. Todo lo que sea motivar a una persona y darle sentido a lo que está haciendo siempre posee un efecto de reducción de la agresividad. Una causa de agresividad es la frustración, y en la medida en que se reduce y aumenta su motivación con otras cosas siempre se consigue una mejora y, en este caso, una disminución de la probabilidad de que la persona actúe de manera violenta.
8. ¿Por qué algunas personas responden mejor a los estímulos con los animales que a otros tratamientos, incluyendo los farmacológicos?
Como te decía, esto no está bien estudiado desde el punto de vista científico. El uso de animales en tratamientos terapéuticos es antiquísimo, se ha hecho desde siempre. Incluso, hay descripciones de la época clásica de la utilización de animales en templos o lugares de sanación por sus supuestas propiedades curativas, aunque en aquellos momentos se les daba un componente sobrenatural. Si lo miras desde un punto de vista científico es una especialidad relativamente reciente, habría que retroceder sólo 20 ó 30 años para encontrar el origen de la misma, y lo encontrarías en EE.UU. Hace unos 10 años que esto se oye de una forma relativamente consistente, pero aún necesita mucha investigación científica, por eso muchas veces ni siquiera los que trabajan con terapia asistida saben por qué una persona reacciona mejor que otra o de una forma más marcada. Depende de muchísimas cosas: desde la elección del animal, si les gustan, ya que hay personas que demuestran una preferencia mayor a estar con ellos...También es verdad que existe mucha gente que no se han planteado nunca tener un animal y abiertamente dicen que no les gustan, pero cuando tienen la oportunidad de convivir con uno cambian radicalmente. Esto se ve muchas veces, no sólo terapia asistida sino en general.
9. ¿Qué tipo de animales participan en estos programas?
Muchas veces la elección que se ha hecho del animal ha sido arbitraria, es decir, hay centros que se plantean trabajar con perros, otros con gatos, hace unos años se puso muy de moda el tema de los delfines sobre todo para niños con autismo. Pero no hay ningún estudio que señale que es mejor una cosa que otra. De hecho, hay mucha gente que se plantea no complicar demasiado las cosas con animales que suponen un gran desembolso económico. Por ejemplo, a los padres de un niño autista les supondría un coste enorme que participase en un programa de delfines, y a lo mejor se conseguiría algo parecido con un perro. Lo que sí es verdad es que si comparas, un animal social que tiene un comportamiento más elaborado y está acostumbrado a vivir en grupo es más adecuado que un animal que en su entorno natural tiene una tendencia a vivir en solitario. Siempre se busca que tengan la capacidad de interactuar con la persona, que muestren un comportamiento social marcado, y dentro de este aspecto está el juego. Cuando trabajamos con animales domésticos una de las actitudes que se potencia es el juego. Si comparamos un perro o un gato con su ancestro salvaje comprobamos que juegan más, esta conducta está muy marcada. El juego es una de las facetas que tiene la interacción social, y es muy útil en este tipo de programas.
10. ¿Y qué ocurre cuando se utilizan en otro tipo de enfermedades como la epilepsia?
Hay otra faceta en lo que es el uso terapéutico de animales, que es cuando los utilizas para una tarea concreta. Por ejemplo, en el caso de la epilepsia se empezó a ver hace unos años que, aparentemente, hay algunos perros que son capaces de detectar el ataque epiléptico antes de que se produzca. Aún se está investigando, pero parece que algunos pueden anticipar el ataque. Imagínate la ventaja que supondría esto si como científicos lo pudiésemos controlar. Es decir, si de la misma manera que se entrena a un perro para guiar a una persona ciega, lo hiciésemos para ayudar a un epiléptico. El paciente podría ir tranquilamente por la calle sabiendo que antes del ataque el perro va a avisar. Eso da el margen de tiempo necesario para poder tomar la medicación que lo evite o, por ejemplo, para buscar ayuda antes de que pase. Se ha comprobado que ciertos perros son capaces de hacerlo, lo que no se sabe es el mecanismo por el que lo notan: si es por un mecanismo olfativo y notan que su dueño desprende un olor algo distinto, visual y ven algún cambio en la postura. Esto no depende de las razas, dentro de la Terapias asistidas con animales la selección de una raza determinada para una tarea concreta pasa completamente a un segundo plano. A veces sí se elige una raza por una cuestión de tamaño, de agilidad, pero no tiene tanta importancia desde el punto de vista de comportamiento. De todas formas, la utilización de un perro para detectar un ataque epiléptico sería más cercana al caso de perros que, por ejemplo, están entrenados para detectar explosivos.
11. ¿Qué características debe tener el animal para participar en los programas de terapia asistida?
Aunque no hay un perfil determinado que se corresponda con razas, etc. lo que sí se pide es que tenga unas características individuales determinadas: ha de ser un animal tranquilo que el monitor sea capaz de controlar, que sepa responder a las órdenes básicas, que no muestre nunca agresividad... fuera de esto se necesita muy poco más. También, cuando los programas se llevan a cabo en hospitales o centros geriátricos se pide que el animal tenga un control sanitario muy completo, más riguroso de lo normal.
12. ¿Se suelen establecer lazos de afectividad entre el animal y el paciente?
Sí, pero depende del programa. Hay algunos en residencias de ancianos en los que lo que se hace es visitar el centro con el animal y, a veces, el contacto que tiene cada persona en particular con el animal es muy reducido y muy intermitente. Evidentemente, la tendencia que tenemos las personas a establecer vínculos con los animales es grandísima, pero quizá donde se verían esos lazos más fuertes sería en contactos más continuados. Por ejemplo, en el caso de los centros penitenciarios es tremendo porque el contacto es diario y, además muy prolongado, lo que hace la relación más intensa.
13. ¿Ha habido alguna reacción negativa por parte de un paciente o animal?
Yo te diría que no, porque en caso de que reaccionaran mal, la persona encargada del programa los tendría que retirar inmediatamente de la terapia asistida.
14. Habrá conocido algún caso especialmente llamativo...
Individualmente no te sabría destacar ningún caso, pero hay muchas eferencias a críos que no habían tenido ningún tipo de interacción social con nadie hasta que trataron con los animales. Ha habido casos muy espectaculares de internos de penitenciarías que decidieron a partir de ese momento dedicarse al tema de los animales, o de personas que hasta entonces nunca habían reído o participado en un juego de grupo... Hay veces en las que simplemente con ver la cara del paciente te das cuenta de que está funcionando muy bien. En esto no todo es ciencia porque, al fin y al cabo, estás trabajando con animales y personas, y la sensación que tienes cuando estás allí es lo más gráfico.
Agradecemos mucho la colaboración para la publicación de esta nota sobre Terapias asistidas con animales a:
Mª Carmen Castro - YAVANNA MULTIMEDIA, S.L.
www.yavanna.es
COMUNIDAD ANIMAL - Tel.: 609 31 80 90 - Tel./Fax: 948 13 42 49
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