Posibles complicaciones provocadas por vacunas en caninos y felinos

Enfermedad Sistémica: Se caracteriza por la fiebre y el malestar, y puede aparecer como resultado de infecciones auto limitantes causadas por vacunas VVM - Virus Vivo Modificado - . Suele producirse por la replicación del virus vacunal en el tejido linfático local, sin que exista extensión sistémica. No dura más de 1 o 2 días, y suele ser la responsable de la anorexia y depresión observada en algunos animales recién vacunados. 

Infecciones Prenatales y Neonatales: La administración de vacunas VVM -  Virus Vivo Modificado -  durante el embarazo de la mascota puede provocar infecciones vacunales que resultan en malformaciones fetales, muerte fetal, infertilidad o abortos en la perra. También pueden aparecer infecciones neonatales si se administran vacunas MMV felinas o caninas de parvovirus en cachorros de menos de 4-5 semanas de edad. No recomendamos la administración de vacunas VVM en hembras gestantes. 

Eliminación de Agentes Víricos: Ocurre siempre tras la administración de vacunas VVM intranasales, pero también puede aparecer tras la administración de vacunas parenterales como las vacunas VVM del parvovirus de origen canino (heces), del CAV-1 (orina) y del CAV-2 (secreciones respiratorias). Los virus eliminados pueden servir para vacunal a los animales que entren en contacto con las secreciones infectadas. No se ha podido demostrar reversión de la virulencia en las secreciones, aunque sigue siendo eventualmente posible. 

Enfermedad Inducida por Vacunas: la aparición de enfermedad clínica es una de las consecuencias post - vacunales con las que podemos contar cuando se aplican vacunas intranasales. El síndrome clínico resultante suele ser auto limitante, aunque puede extenderse a otros animales susceptibles. La inmunidad obtenida tras la aplicación de estas vacunas es superior a la obtenida tras la aplicación de las vacunas parenterales, pero la mayor posibilidad de desarrollar enfermedad clínica ha limitado su utilización. 

Se han descritos cuadros febriles y de debilidad en gatitos a los que se administró productos que contenían antígenos calicivirales. Los gatos de menos de 6 meses de edad suelen sufrir este cuadro durante 1 semana. Se han descrito casos parecidos a las 3 semanas de administrar la vacuna a perros relacionados con la raza Akita. Estos perros empiezan a mostrar signos clínicos a las 16 semanas de edad. Estos consisten en fiebre cíclica y dolor articular y alteraciones de laboratorio. Los aspirados articulares poseen características de poliartritis purulenta y aséptica. El tratamiento con glucocorticoides mejora la sintomatología, pero suele haber recaídas. Se han observado cambios característicos de Osteodistrofia Hipertrófica en Weimaraner jóvenes. Estos síntomas son, probablemente, manifestación del síndrome para el que vacunamos.

También se han descrito, con bastante frecuencia, alteraciones neurológicas relacionadas con la administración de vacunas en perros y gatos. Seguramente están relacionadas con la inmunoincompetencia evidente del SNC contra los agentes de las vacunas VVM. Tradicionalmente, las complicaciones subsiguientes a la administración de vacunas de la rabia han recibido una atención muy importante. Ya no se usan vacunas VVM en EE.UU. por este motivo. La rabia inducida en perros y en gatos tras la administración de la vacuna VVM de la rabia, empieza con la parálisis de la extremidad en la que se ha aplicado la vacuna, entre los 7 y 21 días, y sigue con una progresión de la misma de forma bilateral y ascendente.

Ha habido casos de encefalomielitis adquiridas en cachorros de perro muy jóvenes tras haber recibido vacunas combinadas del moquillo. También se han descrito casos de parvovirosis virulenta inducida en perros vacunados tras haber recibido tratamientos de quimioterapia citotóxica (inmunosupresión). Las infecciones inducidas por vacunación pueden estar facilitadas por muchas otras influencias inmunosupresoras. No deberíamos usar vacunas VVM de parvovirus canino o Panleucopenia felina en animales de menos de 4 - 5 semanas de edad. Podemos encontrarnos con degeneración cerebelar y miocarditis en cachorros de gato y perro respectivamente como consecuencia de una infección por parvovirus o tras administrar una vacuna VVM. La mayoría de veterinarios conocen esta problemática y, en consecuencia, se ven pocos casos. Los gatos inmunosuprimidos muestran signos de enfermedad justo tras recibir la vacuna. También se describieron casos de enfermedad tras la administración de una vacuna parenteral de VVM de Coronavirus. Esta vacuna ya no dispone de la licencia pertinente.

Alteraciones en los Test Diagnósticos y en la Fisiología: Las infecciones víricas y la administración de vacunas interfiere en la biodisponibilidad de varios fármacos puesto que inducen la formación de interferón que, a su vez, inhibe a los sistemas enzimáticos del hígado. Ello hace que el efecto de los fármacos eliminados por metabolismo oxidativo sea más prolongado. Algunos tests serológicos pueden darnos falsos positivos debido a la presencia de suero bovino u otras proteínas o células empleadas en la producción de las vacunas. 

Inmunosupresión: Este es uno de los posibles efectos secundarios de las vacunas, pero es poco probable que suceda. Las vacunas polivalentes pueden provocar linfopenia y suprimir la respuesta de los linfocitos a mitógenos, sobre todo durante la primera semana posterior a la vacunación. Pero esta es una constatación hecha en el laboratorio que no tiene ninguna consecuencia clínica. De hecho, muchas vacunas VVM - Virus Vivo Modificado  - provocan una infección transitoria que puede activar al sistema inmunitario y  causar una refractariedad inmune temporal. Se ha descrito un caso de infección masiva por Salmonella en gatos que estaba asociada a la inmunosupresión secundaria a la vacunación contra Panleucopenia con una vacuna VVM intranasal con un título muy elevado.

Autor: Craig E. Greene DVM, MS, ACVIM - Athens, Georgia, USA

 



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