La cura del cancer en las mascotas
La búsqueda de curaciones para el cáncer es dura pero no imposible
Oncología Veterinaria
La dificultad de curar un cáncer es como la de librarse de las malas hierbas. Las células cancerosas pueden ser extirpadas quirúrgicamente o destruidas con agentes tóxicos o con radiación, pero es difícil erradicarlas todas y cada una de ellas. La cirugía y los métodos diagnósticos complementarios raramente puede descubrir todas las metástasis; y los tratamientos que matan a las células cancerosas generalmente también son tóxicos para las células normales. Además, con que queden unas cuantas células cancerosas, pueden proliferar y producir un resurgimiento de la enfermedad; a diferencia de las células normales, pueden desarrollar resistencia a los tóxicos utilizados en su contra.
A pesar de todo ello, la perspectiva no es desesperada. A despecho de las dificultades, se han desarrollado curas efectivas utilizando drogas anticancerosas (solas o en combinación con otros tratamientos), contra algunos cánceres que anteriormente eran muy letales (linfoma, algunas leucemias por ejemplo). Además, para el caso de algunos de los cánceres más comunes, una cirugía apropiada mas quimioterapia y/o radioterapia local permiten la recuperación de una gran proporción de animales si la enfermedad se diagnostica en una etapa razonablemente temprana. En algunos casos, tratamientos efectivos, están basados en el entendimiento de las causas de un tipo específico de cáncer. Incluso cuando la curación parece estar fuera de nuestro alcance, se dispone de tratamientos que prolongan la vida o al menos alivian la dolencia.
Una gran parte de la investigación clínica sobre el cáncer se centra en el problema de cómo matar selectivamente las células cancerosas. En su mayoría, los métodos actuales aprovechan diferencias relativamente sutiles existentes entre las células normales y las neoplásicas con respecto a su velocidad de proliferación, a su metabolismo y a la sensibilidad a la radiación; estos métodos tienen efectos tóxicos locales desagradables. Algunos tipos de células cancerosas son especialmente vulnerables al ataque selectivo porque dependen de hormonas específicas o porque sus superficies tienen características químicas no usuales que pueden ser reconocidas por anticuerpos. Sin embargo, en general el progreso en el difícil problema de la selectividad anticancerosa ha sido lento - una cuestión de ensayo y error, con una dosis igual de adivinación y de cálculo racional.
En la búsqueda de métodos mejores para controlar la supervivencia, la proliferación y la expansión de las células cancerosas, es importante examinar más detalladamente las estrategias mediante las que estas células prosperan y se multiplican.
Agradecemos la colaboración para la publicación de esta nota sobre Oncología Veterinaria a: Medico Veterinario Guillermo A. Hermo MV - Laboratorio de Oncología Molecular - Departamento de Ciencia y Tecnología. - Universidad Nacional de Quilmes
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